Pero el éxito de la operación de rescate, el hecho de tener a estos seres humanos a salvo, el haber demostrado nuestra solidaridad y ese orgullo nacionalista que manifiestan algunos por haber logrado rescatar a los mineros en menos tiempo del empleado por nuestros vecinos del sur, no debería cegarnos de una innegable realidad: estas personas estaban realizando acciones ilícitas que atentan contra la naturaleza.
En nuestro país muchas personas parecen no tener esperanzas de futuro, quieren vivir solamente para el día de hoy y se dedican a depredar los recursos que nos entrega la naturaleza. El grupo de personas rescatadas son mineros informales, personas que sin ninguna preparación técnica se dedican a extraer minerales, deteriorando el medio ambiente, contaminando las aguas, eliminando hábitats para diferentes especies, contribuyendo al fenómeno del calentamiento global, entre otras perlas que seguramente nunca en su vida les han interesado, total, esta irregular actividad es gratuita y sumamente rentable. Estas personas nunca se han detenido a pensar en el daño, muchas veces irreversible que le hacen a los ecosistemas; nunca han reparado en qué clase de mundo le van a entregar a sus hijos; nunca han pensado en los demás, por lo menos no de la forma que los demás pensamos en ellos.
El Presidente de la República tuvo una oportunidad de oro para sentar un precedente frente a las personas que se dedican a este tipo de actividades, ¿qué hizo? Nada, porque poner cara de serio, decir que va "a tomar el toro por las astas" con relación a la minería informal y dejar el asunto ahí nomás es una burla, ni más ni menos; es populismo barato; es ganar portadas de periódico, más nada.
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El Presidente estuvó ahí para el rescate de los míneros, ¿y el medio ambiente? |
Así es queridos lectores, esta es nuestra realidad, estamos dejando que destruyan nuestro planeta y no hacemos nada, ya es hora de tomar conciencia y trabajar por el bienestar del lugar que nos alberga y en el cual vivimos. El Perú demostró que es un país solidario, ahora le toca demostrar que no es un país tonto.