martes, 16 de abril de 2019

Perú, país de políticos cortineros

Para nadie es un secreto que la situación en el Perú es bastante turbulenta por estos días; múltiples problemas mantienen en vilo a la población y han puesto en jaque al gobierno de Martin Vizcarra.
La Defensoría del Pueblo registró 183 conflictos sociales al mes de Marzo, 135 de ellos activos. ¿Qué hacen nuestras autoridades al respecto?
Podemos mencionar, entre otros, los serios problemas sociales surgidos en Cotabambas que incluyen bloqueos de carreteras, la misteriosa aparición de contenidos dañinos en los textos escolares distribuidos por el gobierno, la incontenible llegada de migrantes sin una adecuada política migratoria, las lamentables pérdidas humanas de los enfrentamientos entre los agricultores-cocaleros de Puno y los agentes del orden, y la sensación de temor generalizado en la población debido a los alarmantes índices de inseguridad; son solo algunos de los temas que nuestras autoridades no saben manejar adecuadamente y que mantienen en ascuas a la gran mayoría de peruanos.
En respuesta a tamaña preocupación e incertidumbre, solamente encontramos políticas demagogicas y populistas que no enfrentan los problemas de manera real y efectiva; disculpas públicas que tampoco representan solución alguna y absurdos e interminables enfrentamientos entre los poderes del Estado.
Ante esta marcada inoperancia de parte de nuestras autoridades, el pueblo ha empezado a reaccionar, y así los índices de desaprobación del gobierno se incrementen en progresión geométrica.
Es entonces que aparece, como por arte de magia, la noticia bomba, aquella que hace que nos olvidemos -por lo menos de momento- de todo el acontecer nacional. Para que esta primicia tenga un mayor impacto se requiere un sacrificio: habrá que llevar a alguien a la hoguera política. Y es así que se anunció con bombos y platillos la detención del expresidente Pedro Pablo Kuczynski, ¡la cortina de humo perfecta!
No discuto en absoluto dicha medida, pero resulta curioso que cada vez que el actual gobierno tambalee, aparezca una noticia de alto impacto. Recuerdo las detenciones de hace unos meses atrás de la excongresista Keiko Fujimori y posteriormente la del también expresidente Alberto Fujimori; pero también recuerdo que por aquellos días existian ya problemas en el país, problemas que aún no se resuelven.
Reitero que no es mi intención defender a estos nefastos personajes, de hecho tampoco pongo en tela de juicio su responsabilidad frente a los ilícitos que se les imputa; pero llama poderosamente la atención que estas detenciones se den justamente en momentos en los que nuestras autoridades deberían estar trabajando en dar solución a los diferentes males que nos aquejan, dando prioridad a aquellos que representen una mayor urgencia. ¿Lo más urgente era detener a estas figuras? ¿Realmente existe riesgo de fuga de ellos?
El peruano es, por lo general, revanchista; quizá por ello muchos celebran estas detenciones. Pero no por ello debemos olvidar o pasar a segundo plano la verdadera problemática que atraviesa nuestro país, como seguramente algunos habremos hecho. De ser así, y con el apoyo de los medios de comunicación masiva; seguramente nos llevará a que en las próximas encuestas la aprobación del Presidente Vizcarra suba algunos puntos; con ello finalmente se habrá graduado de político cortinero.

viernes, 5 de abril de 2019

Once Minutos Cuarenta Segundos

Normalmente no reviso las denominados publicaciones y videos vírales; por lo general no hacen más que evidenciar que las cosas no van bien en nuestra sociedad, pero sin dar alternativa de solución alguna. Sin embargo, ver un video con una duración de 11’40’’ me llamo la atención, más aún si los primeros comentarios que logré ver denotaban dos posiciones opuestas y radicales.
Revisar el video fue una de las peores decisiones que he tenido en los últimos días, no puedo superar la sensación de asco e indignación que me ha producido ver la podredumbre en medio de la que vivimos; no solo de parte del pseudotaxista matón que descargó toda su rabia y frustración contra un adulto mayor, también al ver la indiferencia total de los testigos y la nauseabunda parcialización de muchas personas para con el agresor.
"La violencia jamás resuelve los conflictos" Juan Pablo II
Para quienes son ajenos a esta historia, les contaré que un maleante disfrazado de taxista empieza a seguir y filmar a una persona de la tercera edad, aduciendo que está le había pagado solamente once soles por el servicio, cuando él consideraba que el lo valor real era de trece soles. El veterano cliente le manifestó en reiteradas ocasiones que no contaba con el dinero, llegando a pedir la mediación de un policía para solucionar el impase. Lamentablemente el -dizque- transportista tenía otras “ideas” para cobrar los dos soles faltantes; este nefasto personaje tenía “sed de sangre”; y no paró hasta tener en el piso al anciano y propinarle una golpiza.


¿Acaso dos soles justifican once minutos y cuarenta segundos de persecución, humillación, golpes y abuso? Aparentemente para muchos compatriotas si; pues el video nos muestra una alarmante reacción de indiferencia frente al pánico mostrado por el veterano individuo -que facilmente podria ser padre o abuelo de muchos de los testigos-, pero también nos hace ver lo fácil que justificamos y nos solidarizamos con una cobarde, desmedida e inhumana agresión.
El tema va mucho más allá del pago de los dos soles; es un tema de crisis de valores en nuestro medio, la cual deriva de un paupérrimo sistema educativo. Es muy fácil para las autoridades decir -tal cómo lo vienen haciendo justamente por estos días- que se está luchando por lograr una educación más inclusiva; pero no son capaces de ver que para ello hay que humanizar la educación, y jamás van a lograrlo si continúan con su política de supresión de los cursos formativos.
El verdadero reto es humanizar la educación
La solidaridad, la tolerancia, el respeto y el honor son valores de trascendental importancia para lograr una sociedad más justa y humana; una sociedad en que podamos convivir en forma digna y alturada pese a nuestras diferencias, una comunidad en la cual podamos vivir en armonía con el medio ambiente que nos rodea, un pueblo que tenga la capacidad de solucionar sus conflictos forma pacífica y saludable. Solamente logrando esto podemos aspirar al verdadero desarrollo social, cultural y económico.

sábado, 30 de marzo de 2019

Pensiones Escolares: Entre el populismo y la realidad

Hace unos veinte días aproximadamente, los principales medios de comunicación anunciaban con bombos y platillos acerca de un nuevo proyecto de ley que la Comisión de Defensa del Consumidor tenía listo para su debate. Este simpático proyecto tiene como fin último brindarle a los padres de familia que tienen hijos en edad escolar, la posibilidad de pagar menos por las pensiones de enseñanza en aquellos meses en los cuales no se complete el mes efectivo.
Hasta el día de hoy no encuentro mayor información al respecto, sin embargo, y sabiendo de la calidad de nuestros congresistas, imagino que habrán contemplado que durante los periodos que no hay clase, los colegios no paguen impuestos, arbitrios, licencias, aportes a essalud, seguros, afp, luz, agua, telefonía, internet, licencias de software, y ninguna de las mil y un absurdas exigencias que les imponen las autoridades educativas, tributarias, laborales y municipales para permitirles operar.
Estoy convencido que nuestros padres de la Patria habrán incluido los lineamientos por los cuales el Estado subvencionará los sueldos de los trabajadores de estas empresas, puesto que la no asistencia de alumnos no los exonera en absoluto de sus labores. De hecho, muchas veces el trabajo durante estos recesos se incrementa; haciendo uso de nuestro sentido común nos daremos cuenta que no es posible que una institución se mantenga sola, por otro lado hay que ser conscientes que la planificación de sesiones de aprendizaje y programación de los periodos académicos no aparecen por arte de magia.
Seguramente nuestro Poder Legislativo se habrá preocupado también por la situación económica de los trabajadores de estas instituciones, quienes en muchos casos no pueden acceder a mejoras salariales debido al alarmante índice de morosidad en los pagos de pensiones en los centros educativos privados. Por ello estoy convencido que este proyecto incluye un conjunto de poderosas medidas para garantizar el pago puntual y oportuno de las obligaciones contraídas por los padres de familia; mismas que muchas veces dilatan y evitan al amparo de la absurda legislación vigente, la cual ha dado origen a una generación de padres frescos que saben que no podrán pagar la pensión, pero aún así matriculan a sus hijos porque la ley los protege.
Hasta ahora he escrito pensando en que ¡vale la pena soñar! Pero al volver a la realidad, esta se encargará de eliminar mi convencimiento, seguridad y fe en las autoridades legislativas; me devolverá al crudo y duro escenario de un congreso súper poblado de improvisados que pretenden perpetuarse en el cargo utilizando medidas populistas y efectistas que calan hondo en una población inmersa en una política nacional de embrutecimiento; una política nociva a la población y que maneja la educación pública a su antojo y pretende eliminar la inversión privada en educación.
Por ello, queridos lectores, si la búsqueda de la mejor alternativa educativa para sus hijos los lleva a matricularlos en una escuela privada, no se pasen de listos y analicen sus posibilidades reales, de manera que paguen lo que se comprometieron en forma completa, oportuna y a tiempo; recuerden que se educa con el ejemplo, y si el día de mañana sus hijos son irresponsables, frescos e incumplidos será porque lo aprendieron de ustedes.

lunes, 7 de enero de 2019

#LaIndiferenciaMata - Indiferencia Nunca Jamás

Nuestros sentidos se agudizan cuando una pseudo estrella de Chollywood hace un escándalo, al presentarse un conflicto de intereses entre los poderes del Estado, si algún ciudadano extranjero -de preferencia venezolano- comete algún ilícito o en caso alguno de los denominados crímenes de odio se cometa. Inmediatamente todos “saltamos” para defender nuestra posición, muchas veces  en forma tan apasionada que no nos importa destruir honras.
La situación cambia dramáticamente y se torna en una total y absoluta indiferencia si vemos alguna agresión o abuso en las calles, si observamos que algún adulto mayor es burlado o violentado, si nos topamos con un menor perdido o desorientado. Somos tan insensibles que muchas veces hasta nos burlamos de la desgracia ajena, no logramos darnos cuenta que nuestras acciones pueden tener efectos dramáticos y lamentables.
Apenas unos días atrás se confirmó la muerte de un pequeño niño, una criatura con transtorno del espectro autista, un chiquillo que podría haber sido su hijo o el mío. Lo lamentable de esta muerte, es que esta se dió como consecuencia de nuestra indiferencia e insensibilidad.
¿Acaso nadie notó que este pequeño no se comunicaba? ¿Es que nadie se percató que estaba perdido? ¿Podemos creer que ninguna persona lo vio deambular desorientado? ¿Será que no hubo ser humano capaz de notar que seguía en una unidad de transporte público en contra de su voluntad? ¿Nadie pensó por un momento que las acciones de este chiquillo frente a la mar brava eran muy temerarias?¿Acaso ya no hay humanidad en las personas?
Mucha gente se precia de ser inclusiva, muestran una careta de ser hombres de bien para defender lo indefendible; pero todo esto es una farsa pues olvidan a nuestros niños, ancianos y personas con discapacidad -las verdaderas poblaciones vulnerables- con quienes si debemos ser inclusivos de verdad y no por moda. La indiferencia mata, y se ensaña con los más desprotegidos; seamos solidarios, indiferencia nunca jamás, ¡seamos humanos!

sábado, 22 de diciembre de 2018

Educar, la profesión más importante del mundo

No Señor Presidente, la educación no es "otra solución", es la verdadera solución. Es hora que deje la educación en manos de los profesionales.

Fuente: América TV On Line (21.12.2018)
País curioso el nuestro, los medios de prensa nos bombardean con información respecto a los implicados en casos de corrupción -juicios, órdenes de captura, impedimentos de salida, pedidos de asilo y un largo etcétera- y sobre los denominados casos de violencia de genero; pero sospechosamente olvidan informar que se nos viene una nueva reforma educativa. Hoy no voy a analizar los temas de fondo de estas reformas, mucho menos los temas espinosos; hoy solamente voy a sentar mi posición respecto a los encargados de validar estas novedades en materia educativa y sobre la labor que debe tener el docente actual.
Me resulta sumamente curioso que a un docente para ejercer su profesión, le exijan grandes estudios, postgrado y ser colegiados; mientras que el Ministro de Educación no es docente. ¿Qué diablos sabe este señor de educación? ¿Cómo pretende dictar normas educativas para que nuestros niños y jóvenes que nos lleven al desarrollo si no es docente? ¿Acaso pretende tratar a todos los agentes educativos como números y hacer estadísticas? ¿Sabe acaso que la educación es la llave para llevar a los pueblos al desarrollo?
En lo personal, no me detendré ante tanta cortina de humo; seguiré luchando desde mi bastión por una educación de calidad y por darles a las nuevas generaciones las herramientas necesarias para ser exitosos, productivos y felices en medio de una conflictiva sociedad. Invito a todos mis colegas docentes a ponerse de pie y a trabajar con esa misma ilusión que tenían cuando abrazaron por primera vez la carrera docente; a luchar por lograr generaciones de ciudadanos que nos lleven a convertir el lugar en que vivimos en un lugar mejor para todos; y antes de que a algún genio que lea esta líneas se le ocurra tildarme de terrorista, le aclaro que un maestro no necesita de armas, violencia ni revueltas para lograr sus objetivos, todo lo hacemos con amor, convicción y paciencia.
Somos docentes, seámoslo siempre, porque es nuestra pasión y porque nosotros sí sabemos lo que hacemos.

sábado, 24 de noviembre de 2018

La raíz del irrespeto a la autoridad

Si los padres de familia no valoran la labor docente, sus hijos tampoco lo harán.
Los tiempos cambian, y con estos las sociedades también. Lo ideal sería que esto nos lleve a ser cada vez más evolucionados, sin embargo, la realidad casi siempre está alejada de las situaciones ideales.
Para nadie es un secreto que en nuestro país se viven tiempos de mucha incertidumbre y frustración que nos están llevando a una espiral de violencia social pocas veces vista; existe un total irrespeto a la autoridad, un completo rechazo ante cualquier medida que se quiera tomar, una absoluta negación de responsabilidad por nuestras acciones.
Bajo este contexto, y aunque duela aceptarlo, el peruano típico pretende ser dueño de la verdad absoluta, piensa que tiene derecho a hacer -literalmente- lo que le venga en gana y que cualquier medio que emplee para lograr sus objetivos es válido. ¿Los demás? Simplemente no importan.
Esta triste realidad la venimos forjando a pulso con nuestros hijos, gracias al mal ejemplo que les damos. Nos quejamos de la informalidad pero no dudamos en usarla y acogerla en nuestra vida diaria, reclamamos por la corrupción pero no vacilamos en corromper autoridades, protestamos ante la falta de respeto generalizada a nuestras instituciones pero no perdemos ocasión de atacarlas gratuitamente y poner en tela de juicio su proceder.
Ante ello, los muchos padres caen en el facilísimo de “dejar” en manos de los maestros la formación de sus hijos, y ponemos entre comillas este término pues pensar asi es una falacia. Actualmente los padres muestran una completa falta de respeto hacia la labor docente, limitando tremendamente su accionar y siendo incapaces de reconocer y valorar tan noble profesión; pues, damas y caballeros, ahí está la raíz de la falta de respeto generalizada hacia la autoridad que vemos en nuestra sociedad día a día.
Los docentes constituyen la primera imagen de autoridad externa -fuera de casa- que tienen nuestros hijos, y hoy en día nuestros hijos son testigos de excepción del menosprecio hacia su profesión, de los constantes reclamos infundados, de la sobreprotección al estudiante, de la constante discusión sobre su desempeño, y hasta del incumplimiento de los pagos y obligaciones que tienen para con sus maestros; es decir, son testigos de excepción de un hecho triste pero innegable: los padres de familia no valoran ni respetan la labor de los profesores.
Zapatero a sus zapatos reza un conocido dicho, por ello, padres a cumplir con su parte en la labor formativa de sus hijos y a dejar que los maestros complementen y redondeen esa labor sin entrometerse en su función. Ese sería un gran punto de partida para la gran revolución y mejora en nuestra sociedad.

jueves, 18 de octubre de 2018

Donar ¿es sencillo?

Me encontraba en la caja del supermercado, listo y presto a pagar, la cajera al notar que pagaría en efectivo me pregunta “¿desea donar dos céntimos para ayudar a los pacientes del Hospital del Niño?”; mi respuesta era más que obvia -¿quién en su sano juicio diría que no a un niño, mucho menos tratándose de un monto irrisorio?- sin embargo, una señora que venía tras mío en la cola no dudó en interrumpir y muy ofuscada con la cajera le increpó acerca de la “estafa” que venían realizando.
Como soy de aquellas personas que no se quedan tranquilas con aquello que les dicen, pedí una explicación. La dama de la cola -que ahora estaba furiosa- me reclamó por mi ignorancia, diciéndome que el supermercado donaría esos centavos a su nombre y con ello lograría importantes deducciones de sus impuestos.

Seamos claros, pienso que tras estas donaciones mínimas e irrisorias, los supermercados esconden un afán de evitar el redondeo de precios y un fin último de lograr algún tipo de beneficio tributario; créanme que no tengo un pelo de tonto y presumo que estoy en lo cierto. Pero, ¿acaso nos perjudica donar uno, dos o tres céntimos por compra? ¿acaso no botamos las moneditas de 5 céntimos que nos dan de vuelto cuando presumimos de no dejarnos engañar?

No seamos como el perro del hortelano, digamos adiós al egoísmo y seamos solidarios; de céntimo en céntimo se pueden lograr montos importantes para los menos favorecidos; hay empresas que hacen esto con nuestro dinero y aunque no lo hacen por amor al chancho, sino a los chicharrones; dejemos que junten nuestros centavitos, que acumulen una cantidad interesante y que la canalicen en bien de los más necesitados.
Sabemos de sobra que las empresas se van a beneficiar; pero créanme, mucho más se van a beneficiar aquellas personas que realmente necesitan de ayuda y oportunidades para progresar.