Caemos una y otra vez en el cuento de la clase política y de los grupos de poder; cada vez que se acerca una contienda electoral ponen su cara de borrego degollado, tejen sus archiconocidas historias de yo no fui y nos venden el discurso que cuentan con la experiencia necesaria para convertirse en nuestras autoridades.
Sabemos los niveles de corrupción que han alcanzado algunos, conocemos sus oscuros negociados, nos hemos enterado de sus antecedentes, hemos sido testigos de su ineficiencia e inoperancia; pero aún así los tenemos como nuestros favoritos. Es así que, tras pensarlo mucho, llegue a la conclusión que expuse al iniciar este artículo.
Para demostrar mi teoría, nos trasladaremos a cierto distrito de la capital peruana; en este, el actual burgomaestre -utilizando a su esposa como candidata-, su predecesor en el puesto, el actual teniente alcalde, una ex regidora y un ex gerente municipal muestran un descarado hambre de poder, empleando todas las armas a su disposición para lograr hacerse con el sillón municipal. Los pobladores de este distrito, lejos de cuestionar porqué no hicieron las cosas que ahora ofrecen cuando estuvieron en el poder, les creen todas y cada una de sus populistas -y absurdas- propuestas y promesas electorales. El photoshop y la inversión desmedida en publicidad han logrado reciclar a estos políticos, convirtiéndolos en los protagonistas de las encuestas.
Vemos que exautoridades con fotos super sonrientes, publicidad exagerada y promesas irrealizables tienen la preferencia de voto de muchos peruanos.
El pueblo se inclina por quienes tienen experiencia en no hacer nada, por los que hacen obras innecesarias para favorecer a las empresas de familiares o amigos, por los que se dedican a realizar grandes eventos sociales cada vez que las masas se muestran inquietas, por los que suben los tributos siempre que gastan todos los recursos de la Municipalidad; en resumen preferimos a aquellos ineptos y corruptos que ya estuvieron en el poder y no hicieron nada saludable por nosotros, pero que ahora nos prometen que será diferente.Mientras tanto los vecinos honestos y que tienen ganas de hacer las cosas bien, aquellos que sufrieron para lograr una candidatura, aquellos que no pueden llenar de carteles el distrito porque postulan con la suya; todos ellos quedan relegados en las preferencias, para ellos no hay opción de ganar pues ellos no son reciclados.
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