miércoles, 28 de diciembre de 2016

Premios a la Excelencia Rosarina

De la escuela uno atesora muchos recuerdos, algunos gratos y otros no tanto; pero muchos coincidimos en que estos fueron los mejores años de nuestras vidas.
Una de las muchas cosas que recuerdo, es ese espíritu competitivo que nos inculcaban, el querer lograr superarnos día a día para lograr ingresar a un grupo de élite escolar, un grupo donde solo los mejores podían estar, un grupo que nos permitía ver nuestro nombre -y algunas veces nuestra imagen también- perennizada, este grupo que se llamaba "Cuadro de Honor". Y si ingresar a este grupo era difícil, el mantenerse lo era aún más, pues no faltaba el compañero empeñoso que buscaba por todos los medios a su alcance el superarnos e ingresar a este prestigioso grupo; después de todo, el esfuerzo valdría la pena: mención especial en la ceremonia de clausura, un lindo diploma que nuestros padres se apuraban en enmarcar, regalos super especiales por fiestas y el reconocimiento de familiares y amigos.
¿Qué paso entonces con este grupo especial de alumnos que año a año tenían los colegios en nuestro país? Púes fueron victimas de la modernidad, de aquella modernidad que reza que los alumnos deben ser evaluados reconociendo su diversidad buscando la conformación de sociedades más justas, equitativas, democráticas y con altos niveles de desarrollo humano. Sucumbieron frente al sistema de calificación, mismo que en educación primaria consigna letras (AD, A, B o C) y que pondera la calificación del último periodo por sobre los otros periodos, de hecho la nota del último periodo es la nota final. Cayeron frente al desinterés manifiesto de muchos padres de familia, pues antiguamente la obligación de pertenecer a las asociaciones de padres mantenía algún vinculo, aunque sea a la fuerza y por mínimo que fuera, con la educación de sus hijos; pero como ahora las APAFAs no son obligatorias, y el aporte a ellas tampoco, algunos padres simplemente no aparecen ni para las fotos.
También debo mencionar que muchas instituciones cayeron en el facilismo de no reconocer el esfuerzo de sus mejores alumnos, y otras lo hicieron con los recursos mínimos indispensables, sin dar el valor real que la dedicación de los niños y jóvenes en su desarrollo personal merecía.
No discuto que la modernidad trae consigo cosas buenas, no discuto que los cambios se tienen que dar en una sociedad cuya única constante es el cambio, pero ¿quitarle competitividad a la educación de esa forma? Acaso nuestros hijos cuando egresen del colegio no se enfrentan a una prueba de admisión universitaria en la cual se valora sus conocimientos; acaso cuando nuestros hijos van a buscar un empleo no compiten por un puesto; acaso no se han dado cuenta que el mundo moderno pide cada vez mayor especialización, es decir gente más competente.
Por eso y muchas razones más, en el colegio que tengo el alto honor de dirigir, decidimos recuperar ese espíritu competitivo, institucionalizando el Premio a la Excelencia Rosarina, mismo que se entrego por vez primera este año 2016 a los dos mejores alumnos de cada grado en el nivel Primaria y Secundaria. Para ello se hizo un análisis exhaustivo de las calificaciones de nuestros alumnos en los cuatro bimestres (dicho análisis se hizo en base a las calificaciones cuantitativas obtenidas); pidiendo luego que nuestro equipo docente valide dicha información. Así, se invito a los padres de los dos mejores alumnos de cada grado para recibir junto a sus hijos el mencionado galardón, el cual viene acompañado del reconocimiento de la comunidad educativa rosarina, la prioridad en la ratificación de matrícula para el siguiente año escolar y un bono de descuento en la misma; también los niños y jóvenes pertenecientes a este grupo tendrán la preferencia en cuanto a la conformación de las brigadas y consejos educativos para el año venidero.
No me queda más que felicitar al grupo de 23 chicos que lograron obtener esta distinción, e invitarlos a seguir por el buen camino, recuerden que la educación es la llave que tienen todos los pueblos para salir adelante y progresar y estoy convencido que con personas como ustedes lo vamos a lograr.

2 comentarios:

  1. me gustaria mucho que participen en el concurso de nueva acropolis...

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  2. Hola Kiara... El concurso Nueva Acrópolis es un gran evento y necesitamos prepararnos con tiempo y a conciencia, nos pondremos a trabajar en ello.

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